 |
Fotografia de Miriam Valle |
Tocar con los dedos los árboles por tres veces;
también dicen que únicamente, los más difíciles, son los amores que se acercan a la verdad.
Y ella, la verdad, la arisca muchacha que se escapa rápidamente, mintiendo con sus modales, borró del cuadro las plumas más débiles del ave. Una perfeccionista que siguió demostrándomelo hasta volver a dar la vuelta a la piel, la misma que ella se había dado. Tienes que saber volar fue lo único que dije. Sabiendo que gracias a la extensión de sus alas, aquel pájaro planea sin cansarse por encima de nosotros.
Sin guía alguno, solitario como un lector, vivo separado de todo y todos, arreglando un mundo maravilloso desde una atalaya de piedra.
Etiquetas: Arte, fotografía, literatura, Poesía, Poesía en Prosa