EL ANGEL EXTERMINADOR
No podéis mirarme a los ojos, porque os abrasaría. Habéis oído el toque
de mi gran cuerno, habéis visto las cruces rojas en las puertas que he marcado.
Las llamas brillan en los muros de muchas casas, y el Sanedrín en pleno tiembla
ante mi llegada. Voy a iluminarlo todo, voy a fundir las piedras , voy a hacer
arrodillarse a las metrópolis, soy el ángel que todo lo extermina. Y los hijos
del pueblo elegido que se salven, no serán muchos, tendrán el mandato de extender la muerte
hasta los confines de todos los enemigos que indique. Yo personalmente me encargaré de
vosotros, sólo veréis el brillo de mi espada un momento antes de la negrura de
la muerte perpetua. Sentiréis un frío en el cuerpo que nunca os abandonará, y
os temblará con mi sonrisa, porque el infierno será real en cada una de vuestras habitaciones. No busquéis a Dante porque su horrores serán un chiste cuando os quite todo vuestro refugio.
Los otros ángeles se han puesto a rezar por vosotros al llegar yo, no
tengo corazón, no siento simpatía por ninguno de vosotros, no tengo conocidos
en vuestras miserables casas, ni les necesita mi espada cuando os cercene, la paciencia se agotó y
pronto todas las calles olerán a incienso.
El tiempo se ha detenido en los relojes, vuestra hora, esa que creíais os
llegaría viejos, llenos de arrugas y amargados de enfermedades, se os ha adelantado, os voy a quitar la vida como se apaga un vela, pero sin poesía, pobres
de los que no estén preparados, pobres de los inmundos, pobres de los ladrones y mentirosos, pobres de los fariseos,
ellos serán los primeros.
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