sábado, septiembre 2

ENCRUCIJADA

                                                                                 Fotografía de Göran Ebenhart
En el paraíso dicen

que pasan tan lentos los días

que el caer de una hoja

produce un fugaz sueño que te invade y habla.


Oyes al sol llamar silenciosamente,

a la hora de la resurrección;

no lo esperabas, justo al iluminarse la cara

con el rayo de sol del medio día;

que se alarga y olvida todo dolor.

He llegado hasta aquí, y recosté la espalda sobre la cruz de piedra al borde del camino, ya a las afueras de la urbe. Veo el errático sendero seguido para llegar hasta este punto. Si cierro los ojos una gran ciudad vuelve a rodearme, sus sonidos, olores y vientos sobre puentes de piedra, veo otras cruces similares, veo líneas interiores, donde estoy, puntos perdidos en un callejero, con similares caminos intrincados como el mío, para verlos tengo que cerrar los ojos.

Busco aislarme, busco sólo los símbolos que no signifiquen preceptos; allí cada detalle en su momento implicó un significado distinto dentro de las conversaciones en la ciudad, aquí, descansando en la cuneta los detalles tienen un significado más claro. Las cruces son puntos de un camino que para nada es el de todos los días, más bien es un laberinto que parecen formar los propios pensamientos.

1 Comments:

Blogger Dolors López said...

Detalles que avivan los días y el pensamiento.
Encrucijadas que desafían al destino.
Paraísos en órbitas constantes.
Gran reflexión.

septiembre 02, 2017 7:19 p. m.  

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