UNA SOMBRA POETICA
fotografía "Rue des Plantes", 1950, Todd Webb
Tendrían que desarmarme y reprogramarme para convertirme en
otro. Tendrían que quitarme los huesos, los sueños y envenenarme.
Sobre eso, los hombres condenados, no tengo protesta, ni
fuerzas para inventar excusas, ni para luchar en las filas de los que buscan mártires.
Sobre ti no puedo tomar decisiones. Eres la sombra que
vigila.
No perteneces a mi índice de valores en bolsa, ni tienes
nada que ver con mi cuenta bancaria a fin de mes, tampoco necesito llevarte en
la mochila o guardarte en un lugar. No perteneces a mis materias más valiosas.
En cambio los filamentos de cada día son del color de tu piel, la que regala
luz en forma de libertad.
Me convertiré en un Baudelaire de un París que se recrea al
pasear tranquilo por delante de las librerías. Una antigua añoranza, que tiene
en algún momento del día flores malditas.
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